¿Cómo funciona una tarjeta de criptomonedas?

En los últimos tiempos las plataformas de criptomonedas han popularizado el uso de tarjetas asociadas que, en muchos casos, se nos ofrecen como tarjetas de criptomonedas. Realmente, como veremos, son tarjetas convencionales pero que, efectivamente, poseen algunas particularidades interesantes para quien se mueve en el ámbito de los activos digitales.

Lo primero, lógicamente, será tratar de explicar qué es una tarjeta de criptomonedas.

¿Qué son las tarjetas de criptomonedas?

Realmente se trata de tarjetas convencionales emitidas por los principales emisores de este tipo de productos financieros, por ejemplo, Visa.

La particularidad de estas tarjetas es que, efectivamente, pueden utilizarse para realizar pagos o compras basando su potencial económico en las criptomonedas que el usuario mantiene depositadas dentro de la plataforma asociada.

Por ejemplo, si tenemos una cuenta abierta en una plataforma de intercambio que ofrece el servicio de tarjeta, y, dentro de dicha plataforma mantenemos un saldo positivo de Bitcoin, es posible utilizar las tarjetas contra dicho saldo.

Sin embargo, aquí se comete un error importante cuando se piensa que las tarjetas generan de manera inmediata la aceptación de los activos digitales como método de pago: esto no es así, como veremos ahora, para poder ser utilizadas necesitan una conversión a dinero fiduciario.

¿Cuál es el funcionamiento de las tarjetas de criptomonedas? 

Realmente el uso de este tipo de tarjetas es muy similar (por no decir idéntico), al de cualquier tarjeta común: servirá para realizar pagos y compras, e incluso, en determinadas situaciones, para la retirada de dinero en efectivo.

Para poder hacer esto, lo que se ejecuta es una conversión de los activos digitales de respaldo en relación al dinero fiduciario. Se puede hacer de dos maneras:

  • Una conversión automática en el momento de ejecutar la operación que se ejecuta en función del valor del activo en ese momento
  • Utilizar el dinero FIAT depositado en la plataforma de intercambio como respaldo para las operaciones de las tarjetas: este dinero puede haber sido convertido previamente en la propia plataforma

Una de las ventajas que tiene este modelo de funcionamiento es que se puede aprovechar muy bien el potencial de los activos digitales depositados en las plataformas, evitando uno de los problemas habituales en cuanto trámite burocrático: transferir el dinero fiduciario convertido desde estas plataformas a las cuentas bancarias.

Sin embargo, no todo son ventajas. Hay que tener en cuenta que también en muchos casos las comisiones y costes asociados a este tipo de tarjetas son elevados, por lo que no necesariamente van a resultar productos competitivos si los comparamos con otros existentes en el mercado.

¿Merecen la pena las tarjetas de criptomonedas?

Lo cierto es que, aun siendo un producto relativamente útil, no son adecuadas para cualquier perfil de usuario.

Generalmente, van a resultar más convenientes para aquellas personas que se manejan con ciertas cantidades de activos digitales y que realizan conversiones de manera bastante frecuente. También se pueden utilizar como tarjetas de apoyo o como tercera tarjeta, por detrás de la tarjeta de débito y crédito habitual.

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