Así funcionan y por eso son peligrosas las tarjetas revolving

Las tarjetas revolving pueden parecer una solución atractiva para financiar gastos, pero es importante conocer cómo funcionan y por qué pueden convertirse en una trampa financiera peligrosa si no se manejan correctamente. A primera vista, ofrecen la posibilidad de pagar compras en cómodos plazos mensuales, pero el problema radica en los altos intereses y en cómo se estructuran los pagos.

¿Cómo funcionan las tarjetas revolving?

Una tarjeta revolving es un tipo de tarjeta de crédito en la que el usuario puede pagar a plazos el saldo que utiliza. Lo que la distingue de una tarjeta de crédito convencional es que no tiene un plazo fijo de pago, sino que el cliente decide el importe que quiere pagar cada mes. El problema surge porque al elegir pagar una cuota baja, la deuda puede alargarse durante mucho tiempo debido a los intereses acumulados.

Funcionamiento básico:

  • Cuando usas una tarjeta revolving, la entidad bancaria te ofrece un crédito renovable. Es decir, puedes gastar una cantidad de dinero y devolverlo en plazos, mientras que el crédito disponible se renueva a medida que vas pagando.
  • La particularidad es que solo devuelves una parte del dinero cada mes, lo que hace que el resto de la deuda genere intereses muy altos, y muchas veces terminas pagando mucho más de lo que inicialmente gastaste.

¿Por qué son peligrosas?

El peligro de las tarjetas revolving está en los intereses que aplican. Estos intereses pueden superar el 20% o 25% TAE, lo que significa que si no se controla el uso de la tarjeta, la deuda puede dispararse de manera considerable. A continuación te explico las principales razones por las que estas tarjetas pueden ser peligrosas:

  1. Intereses desorbitados: Las tasas de interés son extremadamente altas en comparación con otros tipos de crédito. Si bien puedes elegir pagar una cuota baja cada mes, esto implica que una parte significativa de ese pago se destina solo a cubrir intereses, y la deuda principal permanece casi intacta.
  2. Deuda perpetua: Como las cuotas mensuales pueden ser muy pequeñas, es posible que el pago mínimo que realices apenas cubra los intereses y no la deuda en sí. Esto provoca que la deuda se extienda indefinidamente, y en algunos casos, los consumidores pueden sentirse atrapados en un ciclo de deuda perpetua.
  3. Falta de claridad: Muchas veces, las condiciones de estas tarjetas no se explican claramente. Las personas piensan que están eligiendo una forma de pago cómoda, pero no entienden completamente cuánto están pagando en intereses ni cuánto tiempo tardarán en saldar la deuda.

¿Qué alternativas existen?

Si necesitas financiación, hay otras alternativas que pueden ser más seguras y económicas que las tarjetas revolving:

  • Préstamos personales: Los intereses suelen ser mucho más bajos y tienes un plazo fijo para pagar la deuda.
  • Tarjetas de crédito tradicionales: Pagar el saldo completo cada mes te evita generar intereses.
  • Cuentas de ahorro: Si es posible, ahorrar para grandes compras puede ser la mejor opción para evitar endeudarte.

En resumen, las tarjetas revolving pueden parecer una herramienta útil para gestionar tus finanzas, pero los altos intereses y la estructura de pago hacen que puedan ser muy peligrosas si no se usan con cuidado. Antes de optar por este tipo de tarjeta, es fundamental que entiendas bien sus condiciones y te asegures de no caer en un ciclo de deuda del que sea difícil salir.

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